Nací en Madrid en 1975. Desde siempre, el arte ha sido mi motor para explorar el mundo y, a su vez, a mí mismo. Mi recorrido artístico comenzó con el cómic, pasó por la pintura y, posteriormente, me sumergí en la interpretación. Tuve la fortuna de formar parte del elenco actoral de Don Juan de Alcalá en 2012, una experiencia mágica que me marcó. También he realizado cortometrajes que se pueden encontrar en la red, aunque nunca logré destacar en la actuación; lo vi como un camino más de mi proceso de descubrimiento personal. La escritura irrumpió con fuerza en 2015, cuando escribí y dirigí mi primera obra: Todas y todos necesitamos un prodigio en nuestras vidas, estrenada en la Sala Tú, un espacio de teatro alternativo que, lamentablemente, ya no existe. Desde entonces, cada proyecto ha llevado consigo un significado propio y una fuente de inspiración única.

La escritura para teatro continuó con La caída (2016), una obra basada en una historia real cercana a mi vida, publicada por la editorial Esperpento en su colección de Dramaturgia Emergente. La anécdota que inspiró esta obra se centra en un amigo de mi madre, un hombre de ochenta años que cayó al suelo y no tenía fuerzas para levantarse. Estuvo un tiempo en el suelo hasta que pude socorrerle. Esa experiencia me hizo pensar en la vejez y la fragilidad de nuestro cuerpo, así como la dificultad de realizar una acción tan simple como levantarse. Se realizó una lectura dramática de mi obra en la librería La Tarima con el actor Jesús Ruyman. Luego vinieron otras obras, como La madriguera del topo, El entrenamiento (una especie de semillita de lo que podría ser más adelante Training), Llave cerrada, TID y, en 2019, El consejero, una comedia que se estrenó en 2020 en la sala La Usina. También he disfrutado del mundo infantil, creando la obra de teatro Kika, Pepe, el payaso Locuelo y los superhéroes y el cuento El hombre con la cabeza al revés.

Ahora estoy inmerso en el mundo de la novela con mi primera obra, Training, que se centra en el autodescubrimiento de la protagonista a través del deporte y los desafíos familiares. Creo que, tanto en la literatura como en el teatro, es crucial la verdad en los personajes y en las situaciones que viven. Para mí, la escritura es un acto milagroso que une al autor con su lector mediante personajes que son extensiones del propio autor. Me gusta crear historias que inviten a la reflexión sin descuidar la acción, explorando el arte de vivir y los dilemas de nuestra vida cotidiana.ipción para este subtítulo o cámbiala a tu gusto.

Mi camino ha sido diverso y siempre en evolución, pero he encontrado en la escritura el lugar desde el cual puedo expresarme con integridad y llegar a otros. No me considero parte de ningún movimiento literario, si es que aún existen, aunque reconozco la influencia que han ejercido sobre mí muchos dramaturgos, escritores, poetas e historietistas. Me interesa la ficción contemporánea, donde busco expresarme a través de mis personajes, explorando lo que nos mueve y nos define, en busca de una reflexión que conecte con el lector y lo invite a pensar en su propia historia.

Cada obra que deseo escribir tiene la obligación de ser un espejo de la experiencia humana donde la realidad y la ficción se entrelazan en un baile de emociones.